Premio al Líder de Estudio Jurídico del Año: Jaime Carey

La capacidad de Jaime Carey para al mismo tiempo abrir caminos y cultivar una tradición duradera es lo que lo hace destacar en el medio. Entrevistamos a un hombre que sabe cuán valioso es aplicar un enfoque de ingenio empresarial a la administración de un estudio jurídico, al tiempo que jamás pierde de vista aquello que cree de verdad importa.

Si no hubiese optado por la abogacía, Jaime Carey quizás habría terminado permitiendo que su joven espíritu emprendedor despegase como corredor de seguros. Sin embargo, lo que fue una pérdida para el sector seguros sin duda representó un beneficio para el mercado jurídico. Carey ha moldeado de manera contundente el camino seguido por el estudio jurídico que lleva su apellido: Carey, una de las firmas de abogados más exitosas de Latinoamérica y la más grande de Chile. El estudio está sólidamente situado en la élite del mercado regional de estudios jurídicos.

Su ojo para los negocios viene manifestándose desde aquellos últimos años de la adolescencia, en los que emprendió. Tras estudiar derecho y administración de empresas en las españolas ICADE y Universidad de Deusto entre 1972 y 1975, Jaime volvió a Santiago para comenzar su grado en derecho en la Pontificia Universidad Católica de Chile, tiempo en el cual obtuvo, además, su certificación local para desempeñarse como corredor de seguros. Mientras aún estudiaba, trabajó de manera independiente como corredor a comisión – prosperando gracias al “espíritu innovador y emprendedor” que dicho rol cultivaba. “Esa es mi primera experiencia estableciendo una pequeña empresa”, señala.

Eventualmente hubo de decidir entre seguir con los seguros o el derecho, eligiendo este último sin jamás olvidar sus primeros años de vida laboral y las lecciones que le dejaron. “Instalar una pequeña corredora me dio la perspectiva de tener que ser independiente al tiempo que debía lidiar con clientes”, afirma. “Vender seguros y diferentes servicios es un rol muy de cara al cliente, lo que me fue tremendamente útil para posteriormente trabajar en un estudio y tener que tratar con clientes.”

Experiencia profesional

  • Socio en Carey desde 1986
  • Socio Administrador en Carey desde el 2000.
  • Presidente del Directorio de World Services Group del 2004 al 2005.
  • Presidente de la división de estudios jurídicos de la International Bar Association del 2017 al 2018
  • Director de Sencorp, Banmédica (UnitedHealth Group) y Evercrisp (Frito Lay Chile); y presidente del directorio de MetLife Chile

Áreas de práctica

  • Derecho tributario
  • Fusiones y adquisiciones
  • Empresas familiares y grupos empresariales

Nadar en aguas profundas

Tras retornar a Chile en 1979 – tras un periodo durante el cual trabajó como asociado extranjero en el estudio jurídico Steel, Hector & Davis, de Miami –, Jaime recuerda haberse visto en aprietos. Se unió al estudio de su abuelo, que en ese entonces se llamaba Carey y Cía. La firma había sido establecida en 1905 y abarcaba diversas áreas de práctica clave, tanto transaccionales como no transaccionales, incluidas fusiones y adquisiciones; banca y finanzas; construcción; asuntos laborales y tributarios. Al unirse al estudio, éste solo contaba con seis abogados, todos ellos generalistas.

Subirse las mangas y meterse de cabeza era parte de la diversión; era educación. “La gente tendía a ser más generosa en ese entonces con las áreas que cubrían [y] tenías que ser bueno en prácticamente todo”, recuerda. “Tuve que aprender muy rápidamente y estar dispuesto a participar en muchas operaciones en una variedad de áreas de práctica”.

Se convirtió en socio en 1986. Fue la primera vez que coqueteó con la administración de un estudio y comenzó replicando su propia “educación” en beneficio de sus asociados, dado que creía que era relevante que ellos también experimentaran nadar en aguas profundas al principio de su vida profesional. “Tuve que lidiar con operaciones muy complejas a una edad muy temprana, cuando mi experiencia y conocimiento eran limitados”, indica. “No podías hacer el loco.  Tenías el renombre del estudio en juego, y debías asegurarte de que los clientes estuviesen siempre satisfechos. Esto es lo que quiero que todos los asociados en el estudio experimenten también”.

Paralelamente a convertirse en socio a fines de los 80, la emergente economía chilena comenzaba a vivir un auge en términos de inversión extranjera. Ello alimentó un apetito sin precedentes por los estudios locales de parte de bancos y sociedades internacionales. Carey se destacó entre todos ellos porque contaba con abogados bilingües con experiencia de trabajo y estudios en el extranjero. “Teníamos experiencia en la forma en que operaban los estudios neoyorquinos y londinenses y sabíamos lo que los clientes internacionales esperaban”, agrega.

“Esto nos dios una buena ventaja comparativa para crecer con los clientes internacionales”. Esta se ha mantenido como una de las características que definen al estudio hasta hoy; la mayoría de los asociados ha trabajado y estudiado en el extranjero y todos hablan al menos dos idiomas. A poco andar tras ser nombrado socio – cuando solo tenía 30 años de edad -, uno de sus clientes, la compañía estadounidense de explosivos Austin Powder, nombró director a Jaime.  Se le solicitó contribuir a guiar la compañía durante su expansión regional. Generó una relación cercana con el CEO, actuando como su asesor de confianza y estando presente durante toda la planificación y ejecución de la expansión de dicha sociedad. Indica que esta “inolvidable” experiencia contribuyó a darle visibilidad a su estudio en todo el continente. En ese entonces, el mercado jurídico de Chile era más acotado que el actual, y la mayoría de los estudios se abocaban a clientes locales. Muy pocos optaban por un enfoque internacional, mientras que Carey estaba intentando abrir un nuevo camino.

Su experiencia en Austin Powder le abrió, además, los ojos a la forma en que un gerente puede contribuir al crecimiento de un negocio. “Estar allí durante la expansión de esa compañía profundizó mi consciencia de lo que es relevante para el crecimiento comercial -a saber, estar ahí, ser práctico e integral respecto de los problemas”, indica.

Durante sus primeros años como socio, Jaime contribuyó a impulsar los planes de expansión de su estudio. “Necesitábamos crecer, y para hacerlo necesitas invertir”, explica. Sin embargo, en vez de simplemente invertir en lo que el mercado ya ofrece, llevó a su estudio a desarrollar sus propias tecnologías, las que empleaba para mejorar los sistemas internos – incluidos seguridad, marketing y remuneraciones – así como servicios al cliente. Lo hizo porque cree que las aplicaciones que se desarrollan en casa se ajustan mejor[a las necesidades]. “Desarrollar tus propias tecnologías te obliga a involucrarte en la operación de la firma”, explica. “El alto precio de las tecnologías desarrolladas en Estados Unidos en los 80 y 90 era excesivamente caro; nos vimos obligados a invertir y desarrollar nuestras propias tecnologías o comprar aquellas que ya estaban más que probadas y eran populares entre los estudios internacionales. Tenía la convicción de, y sabía, que debíamos invertir en esta área; Siempre estaba mirando hacia el futuro”.

¿Qué representa un nombre? La historia  tras el cambio de nombre

Carey y Cía cambió su nombre a Carey en 2010. “Tantos clientes internacionales no comprendían que ‘Cía’ es la abreviación de compañía en español”, dice Carey. “Preguntaban, ‘¿dónde está el Sr. Cía.?’, mientras algunos incluso llegaron a preguntar si teníamos alguna conexión con la CIA. A principios de la década pasada, sentimos que era el momento de simplificar el nombre, lo que funcionó bien considerando la tendencia generalizada actualmente de utilizar nombres más cortos y llamativos”.

El aprecio por la institucionalización

Jaime se convirtió en socio cuando el estudio se dirigía hacia una mayor institucionalización. A principio de los 90 apoyó una decisión sin precedentes por parte de su hermano, Jorge Carey – en ese entonces socio administrador – para alejar al estudio de una estructura de empresa familiar en pro de una más equitativa que permitiría a los talentosos socios más jóvenes participar de los beneficios. Junto con la sociedad en ese momento, Jaime se comprometió a nivelar la cancha para todos los socios, a quienes se les concedió una participación equitativa en el capital social del estudio y se introdujo un sistema de esclusas modificado para remuneraciones y compensaciones.

A partir de ese momento, el progreso de una carrera al interior de Carey comenzó a depender únicamente del mérito profesional. Fue un verdadero punto de inflexión – no solo para el estudio, sino para el mercado jurídico latinoamericano en su conjunto también, porque en ese entonces ningún otro estudio había intentado hacer algo así. A Carey se le reconoce como uno de los primeros estudios jurídicos latinoamericanos en institucionalizarse. “Nos convertimos en un estudio que de verdad basa la carrera de sus abogados en el mérito”, reflexiona.

La regla de “un socio, un voto” le permitió a los socios una mayor flexibilidad. Sintieron que sus opiniones eran escuchadas y respetadas. “Es tanto mejor

que una estructura centralizada que haga sentir abatida a la mayoría”, declara. “Me gusta que la gente se sienta feliz al venir a la oficina. Siempre he querido que se sientan como propietarios de su propio trabajo”.

Desde que fuera elegido como socio administrador de Carey en el 2000, Jaime ha tomado medidas adicionales hacia una mayor institucionalización del estudio. Viendo que a los socios más jóvenes les era difícil pagar la sustancial cuota de incorporación que se esperaba aportaran para convertirse en socios de capital, presionó para que la firma eliminara dicha exigencia a principios de los 2000. Los socios ya no deben pagar al unirse a la sociedad, y tampoco reciben nada al dejarla. Fue una decisión monumental para el estudio, y lo que más le enorgullece es haber introducido el sistema de “nada al ingreso, nada al salir”. “En aquellos días era muy extraño e, incluso hoy, esta forma democrática es poco común en el mercado chileno”.

Si comes-lo-que-cazas está en una estadio, Carey se ubica firmemente en el otro estadio al seguir un modelo de esclusas modificado. Mantener la cultura de no competencia entre los socios ha sido el mayor de los desafíos para Jaime en su calidad de socio administrador, pero uno que lo deleita. “Siempre digo que es como los tres mosqueteros – uno para todos y todos para uno”, dice. “He presionado constantemente a los abogados para que hagan crecer la torta, de manera que sea más grande para todos. Jamás debiera tratarse de que individualmente se lleven una mayor tajada de la torta solo para ellos”.

Jaime ha sido siempre capaz de reconocer el potencial de negocios resultante de la institucionalización. En el estudio, la remuneración y compensaciones de los socios no están dictadas por el área de práctica, algo que, afirma, ha contribuido a generar una real sensación de propiedad para cada socio, así como una cultura colaborativa. “Siempre habrá dificultades para explicar a los socios jóvenes que este es un negocio a mediano y largo plazo, que no puedes mirar esto desde la perspectiva mes a mes”, indica. “Pero pronto se dan cuenta de que este enfoque sí rinde frutos. No nos arrancamos con la pelota; jugamos como equipo. Y cuando lo haces, lo ves en los resultados – tanto en las utilidades como en el ambiente de trabajo”.

Con el paso de los años, Carey el estudio, se ha vuelto un titán indiscutido y muy valorado por su excelencia en diversas áreas de práctica.

Jaime ha priorizado el cultivar equipos especializados que operan como boutiques. “Lo bueno de esta estructura es que los abogados tienen acceso al panorama macro. Desde nuestros comienzos y hasta ahora, y tal y como lo continuarán haciendo, los clientes aprecian el amplio alcance y perspectivas que nuestros abogados aportan en la solución de sus problemas”.

Carey en una charla en un evento Latin Lawyer Elite en 2018

Carey en una charla en un evento Latin Lawyer Elite en 2018

Las personas son tu prioridad

En una industria en la que los egos pueden llegar a dominar, la actitud sorprendentemente considerada de Jaime ha brillado durante su carrera.  “Pienso que siempre se me ha percibido como alguien práctico y creativo”, musita. “El humor es importante también – puede ayudar a limar asperezas”.

Su visión siempre ha sido la de guiar al estudio hacia el compañerismo y las buenas relaciones, tanto externa como internamente. Un buen líder no prioriza el resultado contable por sobre todo, explica Jaime: “De cierto modo, el dinero y las utilidades son secundarios; extrañamente, cuando te concentras en otros factores – mantener un lugar de trabajo agradable, asegurar la confianza y colaboración entre abogados – el dinero, de una u otra forma, llega”.

Un estudio jurídico no sería nada sin su gente y su talento. De manera que, cuando la crisis ataca – como sucedió de manera bastante inesperada en Chile en octubre pasado, con protestas generalizadas por inequidad social y económica – los estudios en cualquier jurisdicción podrían inspirarse en la forma en que el socio administrador de Carey logró mitigar los daños. Organizó a sicólogos que visitaran el estudio para calmar a todos los que estaban preocupados con la incertidumbre y concedió total flexibilidad para que el personal administrativo y los abogados trabajaran desde casa. Para aquellos que sí se atrevieron a llegar cada día a la oficina, se organizó transporte hacia y desde el trabajo, de manera de garantizar la seguridad.

Tu gente es tu prioridad, enfatiza Jaime. “Preocúpate de tu gente, ellos son tu talento. En una crisis, tienes que estar dispuesto a disminuir las utilidades para ayudar a los trabajadores a mantener sus trabajos – los necesitas para inversión”, indica. “Un estudio jurídico es un negocio a largo plazo; pensar que puedes lidiar solo con todos sus problemas de corto plazo no va a funcionar”.

Ha ostentado el cargo de socio administrador durante dos décadas, generando una gran estabilidad para su estudio. El que haya sido votado socio administrador por sus socios una y otra vez, cada vez que se vota secretamente cada seis años, es prueba de su popularidad.

Un eventual cambio en el liderazgo representará una prueba para el estudio, pero Carey ha establecido estructuras diseñadas para preparar a los líderes del futuro. Existe un comité ejecutivo al cual todos los socios pueden postular y ser elegidos en votación secreta cada 30 meses, además de otros comités permanentes centrados en áreas tales como comunicaciones, contrataciones, remuneraciones y compensaciones a los asociados, establecimiento de precios y facturación.

En los 20 años que Jaime ha sido socio administrador, solo tres socios han abandonado el estudio (y otros dos se jubilaron) – una cifra ínfima que atestigua que este es un grupo cohesionado y comprometido de socios capaz de mantenerse sólido.

Tres líderes históricos a los que Jaime Carey admira

  • Madre Teresa
    “Representa la bondad, generosidad y devoción. Dio su vida para ayudar a los más pobres y necesitados, poniéndolos siempre por delante, algo que siempre he admirado muchísimo”.
  • Sir Winston Churchill
    “Fue un estadista fabuloso, y fue capaz de inspirar a los británicos para que defendieran al Reino Unido de todo y para finalmente ganar la guerra. Tenía un ingenio fuera de serie para lidiar con todas las situaciones”.
  • Ronald Reagan
    “Se hizo a sí mismo totalmente, un hombre que logró convertirse en presidente de los Estados Unidos. Tenía la virtud de admitir sus limitaciones y designar a personas muy capaces en las cuales podía delegar, y la virtud de finalmente reconocer y aceptar su Alzheimer”.

El siguiente capítulo

Junto con sus responsabilidades de socio administrador, en todos estos años Jaime ha dedicado mucho tiempo a la International Bar Association (IBA). Ha participado en los eventos de la IBA durante 36 años, y ha jugado un papel relevante en varios de sus comités. Lo que más destaca es que ostentó el cargo de presidente de la División de Práctica Jurídica durante un periodo de dos años.  Actualmente es candidato a secretario general de la IBA, con la meta en mente de un día convertirse en su presidente.

Un logro como ese sería el reconocimiento del amplio respaldo que suscita entre sus pares en la región. Nicolás Herrera, socio del estudio uruguayo Guyer & Regules, destaca, “Existen muy pocos líderes de estudios latinoamericanos de su calibre, profundidad y talento; es un ejemplo a seguir y un guía para las futuras generaciones. Su visión de futuro para su estudio y para cómo crecer y tener éxito ha sido impresionante”.

Los halagos respecto del liderazgo de Jaime, tanto en su estudio como al interior de la IBS, provienen también de otras fuentes. Luis Carlos Rodrigo Prado, socio del estudio peruano Rodrigo, Elias & Medrano Abogados, ha trabajado con él en operaciones “en las que se muestra como un motivado estratega”, además de en

la IBA y otras organizaciones, y establece: “Tiene una sensibilidad maravillosa con las personas y una personalidad naturalmente magnética. Es un ser excepcional … un verdadero líder que es además humilde y muy divertido; de verdad es único”.

Jaime ha progresado muchísimo desde su adolescencia de vendedor de seguros. El premio al Líder de Estudio Jurídico del Año de Latin Lawyer refleja la resiliencia y motivación que ha mantenido durante su impresionante carrera de 40 años y contando. Admite que le “avergüenza” verse obligado a hablar de sí, pero, como con cualquier gran líder, vale la pena escucharlo. A su vez, siempre ha querido escuchar lo que otros tienen que decir. “Los Socios administradores son gerentes del escuchar – y pienso que ese es el mejor consejo que le puedo dar a cualquier abogado allá fuera que desee avanzar a una posición de liderazgo”.